lunes, 26 de marzo de 2007

(Sin título)

A nadie le amarga un dulce, pero a mi me toca endulzarme con lo amargo. Porque hay veces que las ilusiones se tornan poco a poco en desilusiones que acaban en desengaños. Pero mientras solo sean desilusiones hay que aguantarlas, hay que alargarlas, hay que enredarlas al máximos porque siempre queda una mínima esperanza de que el día más inesperado todo cambie, y se vuelva color de rosa.

Unos dirán que soy tonta por aguantar lo que aguanto, otros que valgo para estoica. Lo único que me importa es lo que piensas tú, lo que valoras mi esfuerzo, si es que realmente lo haces. Lo único que pienso es que, quizás, un día de estos t acerques a mi, agarres mi cintura y me susurres al oído un "te quiero". Ya sabes que siempre fui muy inocente.

No se si aguantaré mucho más sin que mi corazón se haga trizas definitivamente. Mí único consuelo es el hecho de que te he dado todo lo que me has pedido. Lo único que me hace seguir adelante es la esperanza y la ilusión de que un día no muy lejano la cabeza vuelva a su nube, mi corazón a su pecho y tu a mi pedestal. Pero no se si aguantaré.

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